Le juro que no ha sido falta de drama, ni de depresiones o malviajes; no, ha sido la falta de tiempo la que no me ha permitido queridísimo lector postear más seguido.
Pero es que esta sociedad perversa se empeña en que seamos casi casi súper héroes y pss quieren que uno estudie, que trabaje, que haga deporte, que tenga vida social, que ponga un negocio, que esté en grupos representativos, en grupos estudiantiles, que haga prácticas de laboratorio, que haga actuadores que ni se que tienen que hacer y por si fuera poco hasta que haga un cortometraje.
Y pss la realidad es que pss el tiempo y la capacidad física nomás no alcanzan. Y se llegan los viernes por la noche y en lugar de querer salir pss uno se va directito a la cama a jetearse como si tuviera 60 años.
Y la verdad es que no me gusta vivir así, con la agenda programada por horas y con precisión casi de minutos, con la certeza de que no voy a dormir más de 5 horas entre semana, con la angustia de que igual y me corren de mi trabajo o de que igual y no me graduo, con el cansancio inmenso que casi me imposibilita tener vida social, con la presión del trabajo que ni estoy segura de si se hacer, con los pasillos como comedor (porque eso de comer sentado es un verdadero lujo) y con el café como mi mejor aliado.
Extraño a mis amigos, a mis tardes de ocio, extraño leer un libro toda la tarde, extraño ir a autistear al centro, extraño ir a fiestas y poder ponerme súper borracha sin la preocupación de "tengo que ir a trabajar mañana", extraño pensar estupideces durante horas y después de eso llegar a la conclusión de que estoy bien muppet, extraño estar de ociosa escribiendo post kilométricos, pero lo que más más extraño es a mi. Con mis toneladas de defectos y mis dos pesos de virtudes, me extraño.
